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lunes, 26 de octubre de 2009

La insoportable brevedad de Internet: Adios a GeoCities

Como lo había comentado hace poco, GeoCities, que daba servicio gratuito de alojamiento web había anunciado que estaba por cerrar. Bien, hemos llegado a la fecha mencionada y es de esperarse que de un momento a otro empiecen a desaparecer las páginas que se alojaban ahí. Todo depende de que tan pronto decidan cerrar los servidores, o cómo decidan hacerlo. Con suerte, lo haran como los de Tripod quienes aunque anunciaron hace años que borrarían las páginas que no pagaran por el servicio, todavía hay muchas por ahí. No se puede acceder a ellas para modificarlas o eliminarlas manualmente, pero ahí siguen.

Use GeoCities en una o dos ocasiones. La primera o por lo menos la que puedo mencionar sin temor a equivocarme fue cuando intentamos resucitar al ¡Nahual! —añorado fanzine de ciencia ficción que editamos en nuestros tiempos universitarios— en la forma del cacofónico e intangible El oscuro retorno del hijo del ¡Nahual! —ORHN para los cuates— y para ello elegimos el servicio de GeoCities. La primera dirección que tenía todavía usaba los llamados barrios, direcciones comunes en las que se pretendía agrupar a las páginas por su temática. Estos se subdividían después en calles y casas, como si fueran direcciones postales normales. Por ejemplo, nuestra página estaba en el número 3312 de la calle Chamber en el barrio Area51, que estaba destinado a la ciencia ficción y la fantasía, quedando de la siguiente forma:

http://www.geocities.com/Area51/Chamber/3312/

Más adelante se dejo de lado esta modalidad y se prefirió usar el nombre de usuario como parte de la dirección, cosa que facilitó bastante su escritura. Nuestra dirección quedó entonces así:

http://www.geocities.com/nahualzine/index.html

Y así siguió hasta el día de hoy, al menos. Mientras escribo esto la página todavía sigue en línea, pero es de esperarse que se desvanezca en cualquier momento.

La segunda ocasión en que use este servicio fue cuando en alguna ocasión llegué a abrir una página personal, pero no me crea mucho porque la verdad, no me acuerdo bien y no tengo ningún registro de la misma. Lo que sí puedo afirmar es que si la abrí, con toda seguridad debió haber estado semi-vacía pues en ese entonces todavía debo haber confiado en la que tenía en Tripod. Supongo que lo hice por ocioso, para variar.

Personalmente el cierre de GeoCities me da algo de tristeza. No por otra cosa sino porque como buena parte de sus páginas se han ido dejando de actualizar con el tiempo conforme sus usuarios emigraban a otras plataformas más convenientes y muchos no se tomaban la molestia de cerrarlas sino que las dejaban languidecer en el ciberespacio, darse una vuelta por ahí con ayuda de San Google era como un pequeño viaje al pásado próximo. A una era en que la Internet era algo mucho más sencillo a lo que estamos ahora acostumbrados.

Por ejemplo, esta página dedicada a Julieta Venegas —que en ese entonces me encantaba y quien recién había sacado su disco Aquí— fue una de las primeras que visité. O al menos, una de las que recuerdo, claro. Como muchas de la época no era la gran cosa, sólo una portada con una serie de enlaces a fotos de baja resolución, pero en ese entonces, eso era fenomenal. Créame.

Por suerte, los aficionados a la arqueología ciberespacial podrán seguir sus exploraciones gracias al Internet Archive y su GeoCities Special Collection 2009, proyecto con el se pretende preservar la mayor cantidad de páginas antes alojadas en GeoCities, a pesar de que sus servidores borren todo. Para que se de una idea, vea lo que se puede volver a ver gracias a este servicio: páginas como la de Serpientes, Herpetología y México, la del capítulo Guanajuate del BTLS, la del CGH, una sobre los X-Files —acorde a la época, cómo no— y claro la del ORNH.

Por lo pronto, sólo queda decir: GeoCities ha muerto, viva Google.

A.T.

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